
Pink Floyd en Formentera: La Historia Real del Mito Psicodélico
¿Pink Floyd en Formentera? Te contamos la historia detrás del mito: un verano de inspiración, música y leyenda.
Pink Floyd en Formentera: la realidad y la leyenda
Mucho se ha dicho sobre la relación entre Pink Floyd y Formentera. Algunos lo presentan como una escapada hippie. Otros como el lugar donde encontraron inspiración para su música. Lo cierto es que, a finales de los años 60, varios miembros del grupo pasaron un verano en la isla. Y eso dejó huella.
¿Qué hacía Pink Floyd en Formentera?
La historia cuenta que vinieron buscando tranquilidad, mar y desconexión. En ese momento, la isla era todavía virgen, sin turismo de masas, sin infraestructuras. Un lugar ideal para desaparecer durante unos meses.
Se instalaron en casas rústicas, paseaban por la playa, hacían excursiones y tocaban en reuniones informales. Algunos locales todavía recuerdan haberlos visto en chiringuitos o en la plaza del pueblo.

Los miembros fundadores de Pink Floyd con algunas de sus parejas en 1967 en la playa de Migjorn. / L.Cornor
¿Influyó la isla en su música?
No hay una grabación oficial hecha en Formentera. Pero sí hay una influencia reconocible en el sonido de la época: más etéreo, más ambiental. El ritmo lento de la isla, sus cielos abiertos y la calma absoluta parecen haber calado en la fase más experimental del grupo.
No es casualidad que muchas portadas, letras y atmósferas posteriores evocaran paisajes similares a los que uno ve al atardecer en Cap de Barbaria o caminando por el interior de la isla.

Portada del disco de Pink Floyd de la banda sonora original de «More».
La Formentera de los años 60
Era una isla sin carreteras asfaltadas. Solo caminos de tierra, casas de campo, pescadores y unas pocas almas aventureras. Llegar era complicado. Y eso la convertía en refugio perfecto para artistas, escritores y músicos que querían escapar del ruido del mundo.
Pink Floyd no fue el único grupo que encontró algo aquí. También vinieron músicos de jazz, pintores y viajeros que luego marcarían tendencias en Europa.
¿Dónde estuvieron?
No hay mapa oficial, pero los rumores los sitúan en zonas como Migjorn, La Mola o Es Caló. Sitios tranquilos, poco accesibles entonces, donde podían pasar desapercibidos. Algunos relatos hablan de veladas musicales improvisadas y noches largas mirando las estrellas.
Hoy, muchos visitantes buscan esa misma sensación. Alejarse, encontrar el silencio. Algunos lo hacen recorriendo la isla a pie. Otros optan por el mar. El alquiler de barcos en Formentera ofrece justo eso: una forma de vivir la isla en calma, a tu ritmo, como quizá lo hizo la banda en su momento.
Mito o realidad, da igual
Al final, lo importante no es tanto si todo lo que se dice es cierto. Lo importante es que Formentera sigue siendo ese lugar donde uno puede desconectar, crear, pensar. Y eso ya es mucho.